29/06/2018 03:50 AM
(This post was last modified: 29/06/2018 03:57 AM by Enigmaticos.)
Ethéleni el imperio
Un día caluroso y el sol no era más que el desencadenante de los chorros de sudor. Los fuertes vientos del este a oeste traían el desorden habitual. EL capitán, un tipo alto con características rudas y grotescas debido a que cada exhalada e inhalada su gran nariz deja entrever los pelos nasales desparramando mocos por doquier añadiendo su tos incesante acompañada de flemas decorando el espacio con todos los colores verduscos grisáceos, vomitivo a la vista de cualquiera que se atreva a fisgonear. La tripulación acepto el hecho de que un buen botín te hace merecedor de aguantar lo más desagradable o inmundo de una vida de mar a hurtadillas de la ley arrastrando penas de muerte al compás de la marea. Si hubieran sido una gran compañía naviera la situación seria diferente.
No hay un lugar más fiero que una nave de pirata sigilosa peligrosa en la fría noche con saqueadores asesinos y corsarios, pero a la luz del día se transformaba en una nave de transporte mercante o servicios diversos atestados de marineros joviales de muchas naciones, en ocasiones se ponen bajo el mando del mejor postor. Un buen trato un buen negocio.
Solo hay prisa en el peligro de una tormenta, solo hay descanso en aguas templadas, duermes cuando ya no tienes nada que hacer aunque era lo habitual ese no era el día. Luego de tremenda tempestad que se registraba desde hacía épocas. Y con esta suerte aquella nave surcaba las costas Koldenianas, una serie de puertos a kilómetros o poco menos, muchos otros hasta donde la vista pueda llegar. La sensación de hogar, la sensación de riqueza puedes oír las monedas mientras cierras los ojos, otros buscando donde asentarse luego de ser vetados de su nación, diferentes razones de viaje transacciones exitosas con tratos que no se pueden cortar a bordo o media aventura.
Empezando un novato llamado Ismael, un joven aventurero de esos que son contratados en el primer barco en puerto. Huyo de casa al presentarse la leva y pronto servicio de jóvenes a su majestad, un joven ambicioso y temeroso ve en aquel barco el inicio de sus aventuras. las promesas de buena paga son tentadoras al inicio, Este no es el caso a pesar de las advertencias el mozuelo cernió resina en vez del líquido azulejo, ocasionando que dos tripulantes quedaran pegados vociferándole a mil demonios a diestra y siniestra.
Ediér allen bahatmeel se sentía alegre y burlón, ver a la tripulación ir de lado en lado tropezando empujando y dando coscorrones a sus camaradas, un qui lombo sobre mar. Aquel viaje era muy apacible no presentaba problema alguno más la tripulación quejumbrosa de costumbre con superiores malhumorados corriendo de inicio hasta el final no había espacio sin llenar. Estaba en la borda contemplando el atardecer, las gaviotas junto a delfines siguiendo el navío desde hace dos lunas. un gran traductor de mediana edad, estatura alta, cabellos lacios un rostro afilado y el singular lunar en la mejilla derecha decorando su apuesto rostro. De familia noble dedicada al comercio dueños de acciones en compañías de nivel mundial, ese año se embarcaron a la gran ciudad de Hitat-dradt, una joya del mediterráneo sur oriental, defendible por mar y tierra, el cuarto reducto etheleni dominante de la oikumene de ese tiempo.
Las guerras en el mediterráneo opacaron el ambiente a nivel mundial, esto hizo que grandes familias acaudaladas huyan, los comerciantes abandonan cualquier acción de sangrar a clientes en apuros, hasta la servidumbre dejada a su suerte no le queda más que pedir clemencia. Los enfrentamientos en las costas dejaron secuela en las rutas comerciales ya que cada nación era una ratonera, la marina real no dejaba pasar nada destruyendo todo aunque se tratara de una barcaza derruida, los ejércitos dejan una suculenta devastación donde pasaban y sumando el gran botín que estos amontonaban, ya nada sería como antes para desdichado país.
El formaba parte de alguna comitiva real tales como tratados de paz, reuniones que de mal en peor agitaban a ambas partes, de vez en cuando las voces se aleaban en un vibrante tono y contrapuntos. Un coro de mierdas lanzadas en palabras hirientes a la madre patria. Un par de guardias y un general imponente bastaba para calmar la gresca, todo lo contrario el disfrutaba de aquellas escenas si su ostentosa bolsa de cuero siempre amarrada en su cintura estaba llena además no tenía problema alguno si empeoraba la situación.
El general branto, máxima figura del reino mediterráneo de Cressonte esperaba con treinta mil infantes y cuatrocientas naves de guerra impulsadas con energía , armadas con la tecnología destructiva apabullante, sin más que decir cressonte contaba con avances tecnológicos genéricos pero no tan importantes para las batallas llevadas en esa región.
Cressonte contaba con los bastos servicios de Ediér en la diplomacia, su dominio en las lenguas de la época era casi tan bueno como el de los traductores de alcurnia. Aquel día el sol no llego a su esplendor, no existía la armonía, las murallas de cinco metros de ancho y diez de alto reforzadas con materiales más duros como la roca misma se sintieron amenazadas y pronto vulneradas, Las tropas enemigas avanzaban marchando al unísono de mil voces multiplicado por ochenta. La estrategia prevista del general dio un giro inesperado, sus tropas estaban acantonadas en las murallas cerca a la costa, la ciudad había bajado la guardia en su sector más fuerte.
Ediér observó alguna señal para dar inicio a la negociación, no preveía lo que se venía. De pronto el temor vino a el, no había diplomacia el istmo ya no era seguro, las enormes puertas eran traspasadas, el asedio ya estaba dándose.
Sin más que decir o lamentar se apresuró al palacio, ensillo su caballo y partió sin mirar atrás rumbo al puerto más distante fuera de la visión de aquel ejercito perturbador.
Han pasado veinte días desde la huida, ahora se encuentra a bordo del “escarcha verde”.
Un día caluroso y el sol no era más que el desencadenante de los chorros de sudor. Los fuertes vientos del este a oeste traían el desorden habitual. EL capitán, un tipo alto con características rudas y grotescas debido a que cada exhalada e inhalada su gran nariz deja entrever los pelos nasales desparramando mocos por doquier añadiendo su tos incesante acompañada de flemas decorando el espacio con todos los colores verduscos grisáceos, vomitivo a la vista de cualquiera que se atreva a fisgonear. La tripulación acepto el hecho de que un buen botín te hace merecedor de aguantar lo más desagradable o inmundo de una vida de mar a hurtadillas de la ley arrastrando penas de muerte al compás de la marea. Si hubieran sido una gran compañía naviera la situación seria diferente.
No hay un lugar más fiero que una nave de pirata sigilosa peligrosa en la fría noche con saqueadores asesinos y corsarios, pero a la luz del día se transformaba en una nave de transporte mercante o servicios diversos atestados de marineros joviales de muchas naciones, en ocasiones se ponen bajo el mando del mejor postor. Un buen trato un buen negocio.
Solo hay prisa en el peligro de una tormenta, solo hay descanso en aguas templadas, duermes cuando ya no tienes nada que hacer aunque era lo habitual ese no era el día. Luego de tremenda tempestad que se registraba desde hacía épocas. Y con esta suerte aquella nave surcaba las costas Koldenianas, una serie de puertos a kilómetros o poco menos, muchos otros hasta donde la vista pueda llegar. La sensación de hogar, la sensación de riqueza puedes oír las monedas mientras cierras los ojos, otros buscando donde asentarse luego de ser vetados de su nación, diferentes razones de viaje transacciones exitosas con tratos que no se pueden cortar a bordo o media aventura.
Empezando un novato llamado Ismael, un joven aventurero de esos que son contratados en el primer barco en puerto. Huyo de casa al presentarse la leva y pronto servicio de jóvenes a su majestad, un joven ambicioso y temeroso ve en aquel barco el inicio de sus aventuras. las promesas de buena paga son tentadoras al inicio, Este no es el caso a pesar de las advertencias el mozuelo cernió resina en vez del líquido azulejo, ocasionando que dos tripulantes quedaran pegados vociferándole a mil demonios a diestra y siniestra.
Ediér allen bahatmeel se sentía alegre y burlón, ver a la tripulación ir de lado en lado tropezando empujando y dando coscorrones a sus camaradas, un qui lombo sobre mar. Aquel viaje era muy apacible no presentaba problema alguno más la tripulación quejumbrosa de costumbre con superiores malhumorados corriendo de inicio hasta el final no había espacio sin llenar. Estaba en la borda contemplando el atardecer, las gaviotas junto a delfines siguiendo el navío desde hace dos lunas. un gran traductor de mediana edad, estatura alta, cabellos lacios un rostro afilado y el singular lunar en la mejilla derecha decorando su apuesto rostro. De familia noble dedicada al comercio dueños de acciones en compañías de nivel mundial, ese año se embarcaron a la gran ciudad de Hitat-dradt, una joya del mediterráneo sur oriental, defendible por mar y tierra, el cuarto reducto etheleni dominante de la oikumene de ese tiempo.
Las guerras en el mediterráneo opacaron el ambiente a nivel mundial, esto hizo que grandes familias acaudaladas huyan, los comerciantes abandonan cualquier acción de sangrar a clientes en apuros, hasta la servidumbre dejada a su suerte no le queda más que pedir clemencia. Los enfrentamientos en las costas dejaron secuela en las rutas comerciales ya que cada nación era una ratonera, la marina real no dejaba pasar nada destruyendo todo aunque se tratara de una barcaza derruida, los ejércitos dejan una suculenta devastación donde pasaban y sumando el gran botín que estos amontonaban, ya nada sería como antes para desdichado país.
El formaba parte de alguna comitiva real tales como tratados de paz, reuniones que de mal en peor agitaban a ambas partes, de vez en cuando las voces se aleaban en un vibrante tono y contrapuntos. Un coro de mierdas lanzadas en palabras hirientes a la madre patria. Un par de guardias y un general imponente bastaba para calmar la gresca, todo lo contrario el disfrutaba de aquellas escenas si su ostentosa bolsa de cuero siempre amarrada en su cintura estaba llena además no tenía problema alguno si empeoraba la situación.
El general branto, máxima figura del reino mediterráneo de Cressonte esperaba con treinta mil infantes y cuatrocientas naves de guerra impulsadas con energía , armadas con la tecnología destructiva apabullante, sin más que decir cressonte contaba con avances tecnológicos genéricos pero no tan importantes para las batallas llevadas en esa región.
Cressonte contaba con los bastos servicios de Ediér en la diplomacia, su dominio en las lenguas de la época era casi tan bueno como el de los traductores de alcurnia. Aquel día el sol no llego a su esplendor, no existía la armonía, las murallas de cinco metros de ancho y diez de alto reforzadas con materiales más duros como la roca misma se sintieron amenazadas y pronto vulneradas, Las tropas enemigas avanzaban marchando al unísono de mil voces multiplicado por ochenta. La estrategia prevista del general dio un giro inesperado, sus tropas estaban acantonadas en las murallas cerca a la costa, la ciudad había bajado la guardia en su sector más fuerte.
Ediér observó alguna señal para dar inicio a la negociación, no preveía lo que se venía. De pronto el temor vino a el, no había diplomacia el istmo ya no era seguro, las enormes puertas eran traspasadas, el asedio ya estaba dándose.
Sin más que decir o lamentar se apresuró al palacio, ensillo su caballo y partió sin mirar atrás rumbo al puerto más distante fuera de la visión de aquel ejercito perturbador.
Han pasado veinte días desde la huida, ahora se encuentra a bordo del “escarcha verde”.
Amnesia temporal , hasta recordar lo que soy pero siento que hago todo de nuevo y mi ser es como el fenix