Nada de sol, es el peor enemigo del libro físico, junto con la humedad, claro. En cuanto al forro, nunca autoadhesivo, mejor el plástico normal transparente, es barato y duradero. Para pegarlo, forra el libro sin tocar con la cinta adhesiva el lomo o cualquier otra paste del mismo; si se estropea el forro lo cambias y punto.
Sus recuerdos, que no eran muchos pero sí hermosos, habían sido sacados de la oscuridad protectora donde vivían y, expuestos a la luz, se velaron y desaparecieron.
Daniel Moyano