Posted by: Golem - 04/02/2021 06:53 PM - Forum: Fuera de tema
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"Estoy oficialmente muerta": la mujer que lucha para probar que está viva FUENTE DE LA IMAGE "Mi problema es que me declararon muerta".
Por increíble que parezca, esto le pasó a una mujer de 58 años en Francia.
Como resultado, tanto su cédula de identidad como su permiso de conducir dejaron de ser válidos, su número de seguro social también fue cancelado y ya ni siquiera tiene seguro médico. "Estoy muerta. Estoy muerta para los tribunales, para las agencias gubernamentales, estoy muerta para todo el mundo".
"Ya no salgo porque no sé qué podría pasar si me arrestan, si se me presenta un problema. Si necesito ir a la tienda, voy bajando la cabeza, voy cuando ya casi están cerrando o hago todo muy rápido, para comprar un par de cosas solamente". "Mi marido hace las compras. No me atrevo a conducir, como solía hacerlo. Me despierto por la mañana y no puedo esperar a que termine el día". No es un problema reciente: hace tres años que Jeanne está oficialmente muerta.
Como ya se podrán imaginar, descubrir que no estaba viva, al menos legalmente, fue un shock total. "Descubrí que no estaba viva gracias a una sentencia del Tribunal de Apelación de Lyon", explica Jeanne. "Los alguaciles del tribunal vinieron y me hablaron sobre la 'difunta' Jeanne Pouchain". Los empleados tenían dos cartas, una para su esposo y otra para su hijo. "Mientras leía estos documentos, me di cuenta de que, de hecho, estaba muerta". Al parecer, los problemas para Jeanne empezaron cuando una exempleada la demandó. Ella dirigía una empresa de limpieza y la extrabajadora quería una compensación por haber perdido su trabajo casi 20 años atrás. Por varios años, el caso fue de un lado a otro en el sistema jurídico francés, hasta que un tribunal de Lyon dictaminó en 2017 que los daños tendrían que ser pagados, pero que la gerente de la empresa había fallecido. Jeanne asegura que nunca recibió una citación para asistir a la audiencia, por lo que no pudo impugnar la decisión ni su nueva condición de persona fallecida. Como resultado, quedó muerta legalmente y además a su esposo e hijo les dijeron que tendrían que pagarle US$17.000 a la exempleada como compensación. Los efectos del veredicto causaron más que daños financieros. "Todo es como un campo de batalla", señala. "Dejé de salir, me quedaba en casa siempre que podía". "Cuando alguien toca el timbre, me escondo porque tengo miedo. No sé qué otras malas noticias pueden venir".
Más de tres años han pasado y Jeanne todavía está tratando de persuadir al sistema francés de que la resucite legalmente. "Quiero que el Estado me devuelva mi identidad. Me la quitaron. Quiero recuperar mi vida, recuperar a mi familia, a mi esposo, a mi hijo, mi círculo social". La semana pasada, un tribunal celebró una audiencia pública en la que su abogado presentó una denuncia contra el poder judicial francés por mantener registros falsos. El equipo legal de Jeanne tiene que demostrar la invalidez del documento judicial que dice que está muerta para anular el veredicto anterior que la describe como fallecida. "Lo más importante es demostrar que estoy viva, demostrar que existo", prosigue.
Nadie logra ponerse de acuerdo sobre cómo se llegó a esta situación exactamente. El abogado de Jeanne, Sylvain Cormier, le dijo a la agencia AFP que la exempleada indicó que Jeanne estaba muerta, sin ofrecer ninguna prueba, y "todos le creyeron". "Nadie lo comprobó", insistió. La exempleada no se ha pronunciado sobre el asunto públicamente, ni siquiera ha sido identificada, pero su abogado acusa a Jeanne de estar involucrada en su propia muerte. Alega que se hizo la muerta para tratar de evitar un litigio y para no responder a las cartas judiciales. Ambas partes disputan la versión de los hechos que ofrece la otra. Sea quien sea el culpable, una cosa parece estar clara: Jeanne no está muerta. En los últimos días, la francesa ha recibido noticias positivas: una agencia gubernamental le informó que ya no la registraba como muerta, pero tampoco estaba clasificada como viva. "Estoy en proceso", concluye Jeanne
A raíz de los eventos sucedidos en el Reto Invernal, de público conocimiento, nos hemos visto en la necesidad de analizar la situación actual, como así también otras situaciones pasadas que han desembocado en el estado general del foro.
La comunidad de Fantasitura no fue creada con el fin de generar ataques ni burlarse de nadie, ni tampoco busca generar malestar en sus usuarios, sino que tiene por objetivo el crecer, colaborar en la lectura y escritura de novatos del género fantástico, así como alentarnos unos a otros; siempre enfocados en el buen rollo. Vamos, que es un hobby, pero esto por momentos termina convertido en un recreo lleno de bullies y trolls.
Descubrimos principalmente conflictos y malestar en varios hilos, mucho más allá del reto en cuestión. Tenemos muchas pruebas de usuarios que, por ejemplo, dejaron de querer participar del foro de manera activa, se han desanimado con la escritura o incluso han abandonado ya la comunidad. También estamos en conocimientos de actitudes impropias entre compañeros de comunidad que se meten con la vida privada de otros compañeros. Les recordamos que lo que sucede fuera del foro con sus vidas es parte del ámbito privado e íntimo de cada forero, traerlo al foro sin consentimiento es un escarnio del que no seremos cómplices y al que no dejaremos sin sanción.
No vamos a entrar en detalles, pues muchos ya deben estar al tanto, y lo cierto es que tampoco queremos seguir tirando leña al fuego, sino todo lo contrario: pretendemos hacer una limpieza general de cualquier elemento tóxico, y ver cómo evoluciona el foro a partir de estas decisiones.
En el marco de este análisis encontramos que durante los últimos años Cabromagno, uno de los moderadores de Fantasitura, ha dado constantes advertencias a algunos usuarios por sus actitudes y comentarios ante determinadas situaciones que infringen las Normas de Convivencia.
El criterio de decisión que usamos estuvo basado en el historial de conducta y de reincidencia de los usuarios. Para tales conductas, pasadas y actuales, es que nos vemos en la obligación de tomar cartas en el asunto de forma más determinante. Por todo lo dicho anteriormente, y porque creemos que para algunos las advertencias ya no son suficientes, el dictamen final es que determinados usuarios recibirán la sanción de baneo temporal, por una escala de tiempo diferente.
A continuación comunicaremos la resolución de las dos situaciones en cuestión.
SITUACIÓN 1:
Conflicto entre el usuario JPQueirozPerez y el moderador Geralt de Rivia.
JPQueirozPerez: hemos recopilado suficiente información para saber que, a pesar de sus aportes al foro, tanto sus comentarios en los retos, como los realizados en el Dragón Lector han sido en su gran mayoría de suma toxicidad; y tenemos muchas pruebas de usuarios que, por ejemplo, se plantearon abandonar la escritura del todo o incluso han abandonado ya la comunidad. Por estos motivos, y sumado al conflicto ocurrido durante el Reto Invernal, en la actividad de comentar los relatos subidos por sus compañeros, sin cuidar los modos por los que ya había sido advertido en anteriores ocasiones por Cabromagno, habiendo recibido quejas de sus compañeros y por haber entrado en discusión abierta con el moderador Geralt de Rivia, decidimos como sanción extender su situación de baneo a la cantidad de 3 meses más (febrero, marzo y abril).
Geralt de Rivia: por el conflicto ocurrido durante el Reto Invernal, al haber perdido las formas que amerita a su cargo de Moderador y no pregonar con el ejemplo, sin cuidar los modos contemplados en las Normas de Convivencia para con el usuario JPQueirozPerez, decidimos sancionar su actitud con 3 meses de baneo (febrero, marzo y abril). En este caso la pena no es mayor por haber sido la primera y única vez que se deja arrastrar por un conflicto como este en su larga y fructífera colaboración con esta comunidad, y también con la de Fantasía Épica (sin olvidar las múltiples veces que salió ganador en los retos).
SITUACIÓN 2:
Comportamientos de otros usuarios, reglas y clima del foro
El conflicto en ciernes, dejando de lado a los dos involucrados, ha dejado de manifiesto las actitudes y comportamiento de otros usuarios que también hacen a la convivencia del foro y han tomado parte activa en el conflicto. En esta oportunidad también nos basaremos en el criterio de decisión basado en el historial de conducta y de reincidencia de los usuarios.
El usuarioFrancoMendiverry95, por su actividad tras ya haber sido baneado, regresar y burlarse de la situaciónde un Moderador, no responder a los reiterados pedidos de compañeros del foro para que calme las aguas, ni tomar en cuenta las advertencias de otros Moderadores, sumado a violación de la normativa 8 del reto mensual, así comentando en el hilo de Retos Mensuales incrementando y buscando el conflicto, se determina que por su conducta e historial quede baneado por 1 año (pudiendo reingresar en febrero de 2022).
El usuario Alhazred, por su reciente actividad insistente en el chat público del Foro de Fantasitura (no Discord) y en distintos hilos dirigidos al moderador Geralt de Rivia (con sendos privados enviados a otros moderadores), siendo advertido por otros moderadores (Cabromagno y Theraxian) de que espere los resultados sin fogonear el mal clima, y a la vez por su historial de jactarse de “hacer que se fuera” otro usuario (entre otros conflictos), se determina que será baneado por el tiempo de 6 meses (pudiendo reingresar en agosto de 2021).
La usuaria Sashka, por haber entrado directamente a comentar el cuento en discusión y provocar al autor y moderador, sin mostrar ningún interés por participar leyendo y comentando otros cuentos, y limitándose a avivar el mal clima actual, recibirá 3 meses de baneo (pudiendo reingresar en mayo de 2021).
El usuario Duncan Idaho(junto a su alias Duncan), por su continua insistencia con el tema de la pornografía dentro del foro y su historial de conflictos con otros usuarios, y más allá de que en determinados momentos del conflicto lo ha incentivado tanto como también ha buscado calmar las aguas, se determina que será baneado por 1 mes (pudiendo reingresar en marzo 2021).
Finalmente, decidimos dejar solamente una advertencia oficial a los usuarios Kiefer, John Harker y Gothic Bear por sus comentarios recientes en el reto. Dado que tampoco buscaron perseguir el conflicto directamente, sino que simplemente sus formas no fueron las mejores —o bien se han disculpado como el caso de Kiefer—, no han sido baneados por esta vez (eso sí, no habrá dos advertencias). A futuro todos deberán tener mucho más cuidado con los comentarios que realizan en los retos, y el tono de los mismos, si no quieren ser baneados.
Sabemos que a raíz de esto los usuarios involucrados podrán decir: “me creo otro usuario y ya está”. Pues no hay problema alguno en que lo hagan, pero si este nuevo usuario incide en cualquier conducta que consideremos, a nuestro juicio, tóxica para el foro, será baneado de inmediato. Lo mismo ocurrirá con cualquier otro usuario que contribuya a “ensuciar” el foro. Los baneos comenzarán con un mes de expulsión, y la reincidencia de los distintos usuarios sólo multiplicará el tiempo de expulsión. Ya no habrá más “advertencias”. En el caso que llegásemos a la conclusión de que, detrás de alguno de esos nuevos usuarios que buscasen pregonar el ambiente tóxico, resultara estar alguno de los originalmente baneados en esta lista la decisión inmediata será el baneo de por vida y no podrá recuperar su cuenta original.
Entendemos, también, que quizás alguno pueda considerar que es una medida exagerada, y cada uno está en su derecho a pensar lo que quiera respecto a la decisión tomada por el Consejo; pero no vamos a permitir planteos ni reclamos de ningún tipo por parte de ninguno de los involucrados, ni tampoco por parte de los restantes usuarios del foro. Entendemos, como Consejo, que menos tiempo de baneo no brindará el efecto deseado, aunque estaremos abiertos en el futuro a plantearnos si vale la pena revisar las fechas o no, en función de cómo evolucione el ambiente del foro.
Otros cambios se pondrán en marcha en las próximas semanas:
El chat actual será eliminado y se reemplazará con un servidor oficial de Discord, donde incluso los usuarios del Dragón Lector tendrán un espacio privado para ellos. Agradecemos desde ya al usuario Alhazred por haber creado uno alternativo y no oficial, pero concebimos que tener uno propio enfocado en el mismo objetivo de la comunidad será más fructífero a la larga (y sin temor alguno a que ambos coexistan).
Como ya avisó Cabromagno, se establecerán nuevas normas para regular mejor el comportamiento en los próximos retos, y de ahora en más los miembros del Consejo seremos mucho más rigurosos a la hora de velar por el cumplimiento de las mismas.
Y también agregamos que se hará un mantenimiento del sitio en general, así que es posible que esté de baja unos días durante febrero (lo cual notificaremos con antelación).
Veremos cómo evoluciona el foro de acá en más, dado que está en juego su supervivencia y continuidad...
Saludos a todos, Consejo de Anorak.
PD: este tema no está en discusión, es una decisión ya establecida. Quien quiera continuar con el mismo conflicto en otros hilos o en el chat (o hasta en alguno de los dos Discord existentes), incluso quejarse de alguna forma por tal decisión, sea quien sea el usuario, recibirá sanciones en concordancia.
Tiene más de 200 millones de dólares en bitcoins, pero perdió el papel con la contraseña y no puede acceder a ellos
Una contraseña perdida separa a Stefan Thomas, un programador alemán que reside en San Francisco, de una fortuna de más de 200 millones de dólares en bitcoins. Una cifra que llegó a cerca de 300 millones con el reciente récord.
Para acceder a ellos necesita el código con la que desbloquear la memoria IronKey que contiene las claves privadas de su cartera digital con nada menos que 7.002 bitcoins. Su principal problema, explica el reportaje del The New York Times que ha dado a conocer la historia, es que perdió el papel en el que anotó la contraseña.
El segundo problema del alemán es la seguridad que brindan las memorias que utilizó para guardar las claves de la cartera, unidades flash USB cifradas que cuenta con certificado FIPS 140-2 de nivel 3 e incluye un cifrado basado en hardware AES de 256 bits en modo XTS. Son aparentemente inexpugnables y, además, solo permiten diez equivocaciones a la hora de introducir su clave.
De esa decena de oportunidades, a Thomas solo le quedan dos. Intentó probar con ocho contraseñas que resultaron ser incorrectas y, por ahora, no parece que vaya a volverlo a intentar ante el peligro de volver a fracasar y que las claves sean cifradas quizás para siempre.
La historia de este ingeniero es la de muchas otras personas que han perdido acceso a las carteras en las que guardaban más o menos bitcoins. Según la compañía Chainalysis, 18,5 millones de bitcoins existentes, alrededor del 20 % parecen estar en carteras perdidas o abandonadas. Esos bitcoins son, actualmente, unos 140.000 millones de dólares estadounidenses.
Al hilo de la historia, ampliamente compartida en redes sociales, el exjefe de Seguridad de Facebook ha sugerido dejarse de adivinanzas, comprar una veintena de memorias como la suya y encargar a profesionales que se pasen seis meses tratando de encontrar una forma de romper la seguridad. "I'll make it happen for 10%. Call me", ha escrito Alex Stamos.
Algunas alternativas a Scrivener, unas son gratuitas y disponibles en más plataformas que Scrivener.
Manuskript
Manuskript es software libre y está disponible para Linux, Windows y MacOS, algo que permitirá que aquellos que no quieran pagar por Scrivener puedan tener los mismos beneficios que esta herramienta.
YWriter
Ywriter es una de las alternativas a Scrivener más conocidas, que te permite la elaboración de una novela creando capítulos y escenas, la creación de ficha de personajes, lugares u objetos. Además, te permitirá crear estadísticas con todo tipo de datos para comprobar cómo evoluciona tu obra. Te dará información sobre el número de palabras o cumplimiento de tus objetivos. Está disponible para ios, Android, macos y Windows.
Bibisco
Bibisco posee dos versiones, bibisco «Community Edition» (En español, «Edición de la comunidad») que es gratuita, y la segunda, bibisco «Supporters Edition» (En español, «Edición de Soporte») de pago, ambas distribuidas mediante GNU GPL. La primera, al ser gratuita, tan solo posee las características básicas, incluyendo las opciones de exportar archivos, mientras que la de pago posee muchas más características, especialmente visuales. Está disponible para Windows, macos y linux.
Atomic Scribbler renombrado a SmartEdit Writer
Este programa para escritores no tiene nada que envidiar a Scrivener, ya que parece haber calcado de él la gran mayoría de sus funciones, incluso tiene un aspecto similar. En lo que destaca enormemente es en su implantación para Windows, por lo que se convierte en la mejor de las alternativas a Scrivener para Windows que puedas encontrar, si quieres un programa lo más parecido a Scrivener y totalmente gratuito.
WaveMaker
Al igual que todas las alternativas a Scrivener anteriores, WaveMaker te permite dividir la planificación de tu novela en diversos capítulos. Pero la seña de identidad de este programa es la creación de llamativas notas, con forma de tarjetas, en las que podrás tomar todo tipo de anotaciones sobre localizaciones de tu novela, características de tus personajes y toda la información sobre las tramas de tu historia que necesites recordar.
Está disponible para usuarios de Windows, Mac y Linux, el mayor inconveniente de esta alternativa a Scrivener es que aún no ofrece un producto final acabado, por lo que puede presentar algún problema casual.
Aunque no está disponible en español, si tienes conocimiento de inglés, podrás usarlo sin problema alguno. Además, debes tener en cuenta que ofrece un novedoso método de escritura de mucho éxito para aconsejarte en tu devenir de creación literaria. Si buscas una aplicación para escribir libros, sin duda, es una de las mejores.
La técnica del copo de nieve o Snowflakes es un método de escritura elaborado por el físico y escritor de ficción Randy Ingermanson. Esta técnica está diseñada para afrontar el bloqueo creativo o para empezar una novela desde cero.
La técnica de Snowflake propone un proceso de escritura alejado del tradicional; en este caso, estimulando un proceso iterativo de escritura no-lineal. Su base se fundamenta en partir desde lo más sencillo y simple hasta lo más complejo y estructurado.
Pasos de la técnica del copo de nieve
1. Define un objetivo
Antes de empezar con todo el proceso, es imprescindible que te pongas una meta; es decir, ¿qué quieres conseguir con la técnica? ¿Escribir un capítulo? ¿Escribir el libro entero? Esto te orientará durante el desarrollo y además te ayudará a detectar cuándo has terminado.
2. Plantea tu idea principal
Esta idea configurará el triángulo inicial del copo de nieve, del cual después partirán los demás hasta llegar a formar triángulos diminutos. En este caso, intenta resumir en una sola oración de qué va tu novela.
3. Crea una sinopsis o resumen corto
En este paso, expláyate un poco más en la idea. Para ello, haz un resumen o sinopsis de no más de diez oraciones -y si pueden ser menos, ¡mejor- teniendo en cuenta el paso 2. Toma este resumen como un plano general de la novela, en el cual todavía es imposible discernir los detalles, pero sí la su estructura -personajes, contexto...-.
4. Sigue desarrollando la idea y reconstruyendo
Una vez tengas este pequeño resumen, toma cada una de las oraciones y profundiza en ellas. Este paso es la esencia de esta técnica: partiendo de algo básico, sigue creando y profundizando. Lo normal en este proceso es que te surjan preguntas e incógnitas, así que no te asustes si tienes que reconstruir alguna de las ideas que tenías en mente antes.
Poco a poco irás construyendo una base sólida y pulida de tu historia que aparecerá en tu mente con mucha claridad. Una vez llegue ese momento, solo tendrás que distribuir las ideas en los diferentes capítulos y... ¡ponerte a escribir! ;D
Ventajas y desventajas de esta técnica
Esta claro que es una técnica que todos los escritores deberían tener en cuenta, ya que puede ayudarles en un momento concreto de bloqueo creativo. No obstante, ¿qué ventajas y desventajas puede aportar?
Empezando por las ventajas -¡hombre, cómo no! ;P- esta técnica permite detectar con antelación incoherencias y vacíos sin sentido en el argumento. Además, es un método flexible, ya que permite revisar y reescribir las ideas tantas veces como se necesiten. Y por si eso no fuera suficiente, ¡hace pensar y reflexionar acerca de la historia!
Sin embargo, como punto negativo puede que impida profundizar en los personajes, ¡así que si estás pensando en usarla acuérdate de trabajarlos por separado!
Una terrible noticia para todos aquellos que tenían la esperanza de que algún dia, un muy, muy lejano día podrian llegar a leer el final de la saga de Canción de hielo y fuego.
El hecho sucedió durante un ataque de ansiedad que tuvo el autor debido al encierro. Según fuentes, Martin repentinamente empezó a desnudarse y salió de su casa corriendo y falleciendo poco tiempo después.
Posted by: Alyse - 27/12/2020 11:15 PM - Forum: Tus historias
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¡Buenas! Dejo por aquí un relato corto que tiene ya bastante tiempo. Por supuesto el feedback y consejos son bienvenidos y os animo a ello. ¡Disculpad si es un poco largo (+2000 palabras) pero no tenía sentido subirlo por partes!
La boda
Alna se sobresaltó cuando el consejero Suzil entró sin llamar a la habitación de estar. Le seguía de cerca su dama de cámara, Vannah, aunque Alna sabía que era más una niñera que una asistente. Alna dejó el bordado a un lado y saludó educadamente al consejero, pero este hizo caso omiso.
-Vuestro padre os ha prometido al heredero de los Veor. La celebración será en dos semanas; partiréis cuando esté todo listo. Vannah y un embajador os acompañarán y regresarán cuando acabe la ceremonia. Ya hemos enviado invitaciones a todas las casa que quieran asistir, si es que alguna emprende el viaje. Eso es todo por ahora. Vannah se encargará de preparar sus cosas.
La ayudante ya se encontraba en las estancias de la princesa calculando qué valdría la pena llevar y qué dejar. Alna sintió una punzada de miedo; sabía que su padre no tardaría en prometer su mano a un alto miembro de la aristocracia. Tenía mucho menos valor que su hermano mayor, al que habían preparado desde la cuna para heredar el reino de Reld. Su posición como princesa apenas tenía relevancia, pero había esperado que el futuro compromiso se produjese con un miembro de una casa cercana o un reino vecino, no con los lejanos Veor. Se decía que a pesar de tener cabello que ardía como el fuego, eran brujos del mar y realizaban primitivos rituales a dioses olvidados. Alna no entendía qué podía obtener su padre de ese compromiso, pero la habían educado desde niña para saber que esas maquinaciones estarían fuera de su alcance. Todo lo que no fueran bordados, clases de poesía y paseos por los jardines estaba fuera de su alcance.
Suzil se dirigió con prisas a la puerta y le hizo una descuidada reverencia a la princesa sin detenerse. Alna estaba acostumbrada a que la corte de su padre la olvidara o la considerara poco más que una molestia en el protocolo; al fin y al cabo, el único destino que le esperaba era esperar a un matrimonio que conveniese a su padre y su hermano y asegurarse de cumplir a la perfección su papel de esposa. Alna estaba en paz con la idea, pero al levantarse para ir a sus aposentos con Vannah volvió a sentir inquietud. Su destino habría estado claro en una corte como la de los Reld, pero apenas sabía nada sobre los Veor.
Vannah había sacado de los arcones la mayoría de sus vestidos y los había desplegado sobre la enorme cama. Resopló.
-Vamos a tener que deshacernos de la mayoría de estos.
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Alna se frotó las manos, nerviosa. Nunca había estado en un sitio como este. El enorme templo de piedra estaba invadido por plantas trepadoras, que se enrollaban en las columnas y subían por las cúpulas. Algunas de las ramas más gruesas habían abierto agujeros en los gruesos techos y paredes de piedra, por los que se filtraban rayos dorados de luz. Sin embargo, el lugar parecía cuidado con mimo más que abandonado. Podía escuchar levemente el murmullo del agua, pero no había visto ninguna fuente.
Y tampoco había llevado nunca un vestido como aquel. En Reid llevaba pesados vestidos con brocados y encajes, de varias capas de rica tela, acompañados de joyas y adornos como le correspondía como princesa. Vannah había empaquetado la mayoría para el viaje, pero dado que la boda se celebraba al estilo Veor, le habían traído un vestido ceremonial. Blanco y vaporoso, el largo no le cubría las piernas completamente a pesar de tener más de una capa y le hacía sentir violenta. La tradición dictaba ir descalza pero ella ha la insistido en ponerse unas finas zapatillas de tela. Alrededor de la cintura llevaba enrolladas varias cintas de colores claros. En el templo hacía una temperatura cálida a pesar de las finas ropas, pero Alna temblaba de los nervios. Vannah daba vueltas a su alrededor irritada terminando de fijar el peinado.
-Os voy a clavar una horquilla si no os estáis quieta de una vez.
La princesa trató de tranquilizarse.
-Lo siento. Son los nervios. No quiero cometer ninguna equivocación y humillar a mi padre. Pero… es que es todo tan diferente. No entiendo la ceremonia ni...
-Entendéis perfectamente la ceremonia, princesa. -respondió molesta Vannah-. Os lo expliqué ayer y os lo expliqué esta mañana y no sois estúpida. Qué más da lo extravagantes que sean estos chamanes, si están satisfechos con este circo bienvenidos sean y así debéis cumplir. Pero esta noche, majestad, recordad cumplir con nuestra tradición nupcial. Espero poder volver a Reid pudiendo confirmarle a vuestro padre que pronto habrá herederos para asegurar el pacto.
Alna volvió a frotarse las manos nerviosa. Tampoco quería pensar en esa noche cuando tuviese que compartir cama con su nuevo marido. Habían llevar a Veor el día anterior y no había podido conocer a su prometido antes de la ceremonia. Tampoco habría podido decirle nada; su idioma era radicalmente distinto al que ella conocía, y habían tenido que recurrir en todo momento al embajador asignado como traductor. Sabía que tanto él como Vannah se marcharían de vuelta a casa en unos días, y le aterrorizaba quedarse sola e incomunicada. La única respuesta que había recibido es que haría bien en adaptarse lo antes posible.
Se oyó un murmullos al otro lado de los altos arcos de piedra. Una joven sacerdotisa se acercó; su pelo rubio brillaba débilmente iluminado, como era característico de los Veor. Sonrió al ver a la novia e hizo un gesto para que la siguieran.
Vannah fue la primera en salir a la enorme sala contigua, ocultando a Alna. Bajo la cúpula, la hiedra y los rayos de luz se entremezclaban con las columnas y salientes de piedra, iluminándolos y ensombreciéndolos. En uno de los laterales del salón, oculta bajo una galería de columnas, una pequeña muchedumbre esperaba el comienzo de la ceremonia. Agrupados en dos claros grupos, se distinguían a los Veor, con sus cabelleras iluminadas y ropas ligeras, y los nobles invitados por parte de los Reid. Sudaban bajo los costosos trajes y mostraban expresiones de aburrimiento e impaciencia. La mayoría eran nobles de casas menores que no podían rechazar la invitación a la boda de la princesa, por muy inconveniente o indeseable que resultase el viaje. Las casas mayores habían permanecido en sus palacios esperando la invitación a un evento de mayor importancia. La unión de la princesa menor con el heredero de un pueblo de brujos no era motivo suficiente para desplazarse.
En mitad de la sala, a cierta distancia de los invitados, había una piscina de piedra redonda. Al acercarse, Alna pudo ver que el interior estaba iluminado por algas fluorescentes que crecían en las paredes de la piscina. Parecía profunda. Junto al estanque, un sacerdote con una túnica blanca y el pelo plateado ligeramente brillante ya había comenzado a recitar el principio de la Unión.
Vannah se alejó había el grupo de invitados Reid y Alna caminó sola hasta la piscina. Fue entonces cuando le vió junto al agua: un joven mayor que ella, vestido con una camisa y pantalones claros bajo la rodilla. Iba descalzo, y su pelo castaño tenía las puntas iluminadas. Alna soltó aire al aproximarse; afortunadamente era joven y parecía sano. Hasta era guapo. Hasta ese momento, no había sabido qué esperar de su compromiso. Lo único que le habían comunicado era su nombre, Rao.
Sintiendo crecer de nuevo la ansiedad, se situó cerca de él, pero mantuvo las distancias. Esa encantadora primera impresión no significaba nada, lo sabía bien por su hermano. Y esperaba realizar bien la ceremonia. Hacía años que no nadaba, y tendría que bucear hasta el fondo de la piscina hasta que su futuro marido se lanzase al agua a sacarla. Tendría que esperar a quedarse sin aire para que él, bajo el agua, pudiera pasarme su propio aliento a través de un beso para poder emerger los dos, juntos, a la superficie como marido y mujer. Vannah le había explicado que tenía algo que ver con la confianza ciega en el otro, la responsabilidad de cuidarse, el sacrificio ante el peligro… y luego había soltado un bufido como si todo eso le resultase ridículo. Alna tampoco había oido jamás de una ceremonia así.
Junto a ella, Rao dió una zancada lateral para situarse más cerca y la miró de reojo. Ella le enrojeció y fijó la vista en el agua. ¿Cómo iba a bajar con el vestido? Se alegraba de no llevar sus propios vestidos, más pesados, pero sería una molesta a la hora de nadar. ¿Cuanto rato pasaría antes de que él bajase a por ella? ¿Y si no aguantaba? Suponía que sería capaz de emerger si se le acabara el aire, ¿pero lo considerarían los Veor un fracaso? ¿Anularía el matrimonio? Busco a Vannah con la mirada buscando apoyo, pero estaba hablando en voz baja con uno de los invitados Reid. Ninguno seos nobles prestaba atención y parecían estar deseando retirarse. Alna trató de llamar su atención disimuladamente, pero la dama de cámara se echó a reír por algo que la princesa no alcanzó a oír.
Se fijó en los Reid. Aún no se había acostumbrado a su cabello extraño desde su llegada el día anterior, pero por todo lo demás parecían iguales que las personas que conocía. Sus ropas y casas eran distintas, muchas construidas sobre el agua, pero no había visto ninguna muestra de la magia con la que tanto desprecio había oído hablar de vuelta en su reino. ¿Sería siquiera real o sólo un mito? ¿Vería alguna muestra durante la celebración? ¿Y si eran realmente brujos? ¿Tendría que vivir entre magia toda su vida? Sintió como se hacía más pequeña.
El sacerdote pronunció unas palabras con especial énfasis y la mayoría de los Veor sonrieron con afecto. Echó un vistazo con el rabillo del ojo y vió que Rao también sonreía. ¿Qué haría con el idioma? ¿Qué haría una vez su corte la hubiera abandonado para volver a casa? ¿De verdad iba a quedarse sola? Nunca había recibido demasiada atención a pesar de su sangre real, pero de repente la idea de quedar aislada le resultó insoportable.
Se le humedecieron los ojos y volvió a buscar a Vannah con la mirada pero está seguía sin prestarle atención. Ninguno de los Reid lo hacía y no se atrevía a mirar a los Veor, en caso de que estos sí lo hicieran. Su pelo le resultaba extraño. Sus ropas claras le resultaban demasiado simplonas. El cántico del sacerdote la asustaba y le recordaba cómo sería el resto de su vida. Se arrepintió momentáneamente de no haber plantado más batalla sobre su compromiso, pero sabía que habría sido no solo impensable si no indiferente.
El sacerdote repitió las mismas palabras que acababa de pronunciar. Alna levantó rápidamente la vista y vió a Vannah mirándole duramente; se había distraído y no había oído la única frase que había memorizado y que señalaba la segunda parte de la ceremonia. Articuló una disculpa y miró a su alrededor: todo el mundo guardaba silencio y la miraba, Vennah, los invitados, su prometido. Notó como se enrojecía y mirando al suelo se acercó al borde de la piscina. El agua está completamente transparente y se apreciaba el fondo levemente iluminado: era realmente profunda. Miró de nuevo a Vennah y vio que esta le hacía gestos impaciente para que se diese prisa. Se descalzó y dejó las zapatillas junto al borde, un poco avergonzada de su capricho de calzarse y salirse del protocolo. Esperaba que no hubiese llamado demasiado la atención. Luego posó el pie sobre el primer escalón. El agua estaba sorprendente tibia y empezó a bajar. Le cubrió rápidamente las piernas, la cintura, la falda blanca se empezó a hinchar a su alrededor y torpemente trató de sumergirla. Oyó cómo los nobles de Reid susurraban al ver su intento de mantener el vestido en su sitio y sintió vergüenza. Avanzó más rápido, hasta que el agua le cubrió hasta el cuello. El vestido se mantenía en su sitio. Queriendo acabar con todo lo anterior posible, respiró hondo y sumergió la cabeza en el agua.
Enseguida comprendió por qué la ceremonia se realizaba descalza y con un vestido corto: la tela se le enredaba en las piernas y no habría podido nadar con zapatos. A brazadas y patadas, llegó hasta el fondo de la piscina y rezó porque no tardarán mucho en venir a por ella.
Iluminada por las algas, el corazón le latía rápidamente. Quería esconderse de los nobles. Quería esconderse de Vannah. Quería esconderse de los Veor, de Reo, quería irse a casa y actuar como si nada hubiese pasado. Quería estar seca en sus aposentos bordando, no en el fondo de una piscina en una ceremonia extraña. Miró hacia la superficie: le empezaba a faltar el aire y se preguntó qué ocurriría si saliese antes de tiempo. Tal vez el matrimonio no fuese válido y podría volver a casa, dónde al menos sabía cómo debía actuar. Supuso que nadie podría culparla si empezaba a emerger. O podría quedarse ahí, aislada del ruido, de la gente, solo con el agua y las luces. Los pulmones le quemaban y tenía el pulso desbocado.
De repente, sintió como alguien entraba en el agua. Rao nadaba directo a ella, sin dudar, con el pelo brillando intensamente. Buscaba su mirada y cuando estuvo suficientemente cerca, le tendió la mano. Alna dudó y tímidamente se la ofreció. Él pegó un tirón hasta situarla a su altura y le cogió el rostro con la otra mano. Alna se dió cuenta distraída de que su pelo era ahora rojo y no castaño, y su brillo le teñía la cara. Rao la miraba fijamente a los ojos. Tal vez notara sus dudas en la cara. Una sombra de preocupación cruzó el rostro del Veor, luego se suavizó y sonrió brevemente. El corazón de Alna latía cada vez más rápido. Tal vez fuera amable. Tal vez cuidara de ella. Eso acercó sus labios a los suyos y, con un suave beso, le pasó el aire que me necesitaba para emerger mientras le apretaba suavemente la mano. Se separaron y la princesa pudo apreciar una chispa de alegría en los ojos de él. Tal vez no estuviese tan mal. Tal vez no fuese como su hermano o su padre. Tal vez pudiese aprender a vivir allí.
Una noticia que hace algo mas de un mes salió pero no he visto comentada por aquí (aunque hacía tiempo que no me pasaba).
Y es que la editorial Gigamesh hizo público el fin de la publicación de esta saga por su parte al no llegar a un acuerdo por los derechos.
Que os parece? a mi personalmente me ha jodido un poco porque desde hace años compré las versiones de lujo de esta saga y me faltaba "Danza de Dragones" la cual me puse a buscar hace tiempo para comprar precintada y no lo hice por querer sacar un buen precio y no tener prisa. Ahora me veo con que está descatagolado/agotado y solo podría completar la colección comprando el libro de segunda mano a mínimo el doble de su valor.... y creo que cuanto mas espere puede ser peor
La verdad es que la edición de lujo, en mi opinión deja bastante que desear porque simplemente es el libro en tapa dura, alguna ilustración creo recordar y con un "cubreportada" hecho de un papel muy endeble y que se arruga solo con mirarlo...
Aun así hace muchos años, cuando conocí la saga estaba la edición recién sacada del horno y me gaste bastante pasta adquiriendo sus 4 primeros libros en esta edición.
La gente habla de que se revalorizarán, pero no se yo.... porque no lo veo una gran edición
Lo que si que es cierto es que solamente ha subido su valor "Danza de Dragones" (justamente el que a mi me falta) que ha duplicado su valor y que apenas se puede encontrar ni de segunda mano al parecer...
Vosotros que haríais? aprovecharíais para completar la colección aunque sea algo mas caro... antes de que sea imposible? o realmente no lo veis buena idea??mesh
He perdido ya la cuenta de los días que lleva la lluvia arreciando. Los riachuelos se han convertido ya en torrentes que arrasan todo a su paso. El viento hace su parte y arranca de cuajo árboles y destruye edificios. Pronto estaré muerto, pero todavía guardo la caja. La vieja caja de ébano llegó a mí en herencia de un tío de mi madre, Gert, mercader que la consiguió en las lejanas tierras de Ma. La familia le tomaba por un loco, «las fiebres de oriente», decían; yo escuchaba sus hazañas cuando era un muchachito y me estremecía de los horrores que narraba sobre los extranjeros que encontró en sus viajes y los ritos que practicaban. Algunos adoraban a dioses de los que jamás había oído hablar, pero otros lo hacían a las mismas deidades que guardaban nuestro hogar, pero de una manera repulsiva: pagando en sangre y espíritu los dones de los dioses. Y no tendría yo más que unos seis años cuando me habló por primera vez de la caja. «Esta caja guarda todo lo bueno del mundo, pero todos la quieren», fue lo primero que dijo antes de enseñármela. Para un muchachito como era yo en ese momento, parecía enorme y hubo algo en su interior que me causó un rechazo inmediato; quise alejarme y tropecé, empecé a llorar a mares y entonces madre se acercó a ver qué ocurría. Ese día fue también la primera vez que hablaron de la locura del viejo tío. Madre y tías me aseguraron que no pasaba nada, que el viejo tío no quería asustarme, pero él no me asustó; fue la caja. De ébano lacado, dando la impresión de que lo que la rodeaba era más oscuro que el resto del ambiente; glifos grabados que era incapaz de comprender, mas me hablaban directamente a lo más profundo de mi ser, de los horrores que allí se guardaban y que jamás debían ser liberados; ¿y qué decir de la forma?, no tenía ninguna cerradura, a decir verdad, no tenía nada que dijera que estaba realmente ante una caja y no ante un bloque de madera tallado. Pero era una caja, lo supe en cuanto la vi, porque me habló de la oscuridad que contenía en su interior. No volví a ver la caja en años. Evité al viejo Gert siempre que me era posible, y, las pocas veces que no lo fue, la existencia de la caja no era mencionada; él me hablaba de sus viejos viajes, pero con un aire melancólico, anhelando algo más. Lo cierto es que desde aquel encuentro que tuve con la caja, la salud del viejo tío se resintió y parecía envejecer de manera sobrenatural, como afligido por una maldición; creo que cuando yo era un infante, él era un hombre fuerte, ahora ya es difícil recordarlo, pero lo que sí recuerdo es lo decrépito que fue en sus últimos años de vida. Esos últimos años no tardaron en llegar, tendría yo unos diez u once, cuando un día, nada más despertar, madre me dijo que al viejo tío le quedaba poco tiempo de vida; supe que volvería a ver la caja cuando él muriera como la certeza que tenía uno con volver a ver la luz del día al caer la noche. Después dijo que él quería despedirse de mí, y aunque quise implorarle que no, ya no era un niño; no podía portarme como tal. Por tanto, me dirigí en silencio al cuarto del viejo, detrás de mí escuchaba la conversación de las mujeres pero era un murmullo que me llegaba como un eco lejano, y ni siquiera me había alejado todavía del gran salón. Al alcanzar la gran escalinata un sudor frío empezó a humedecer mi frente, empecé a respirar con dificultad y me quedé ahí quieto durante lo que me pareció una eternidad. Durante esa eternidad algo me agarró el hombro y di un sobresalto; se trataba del joven Ot, un mozo que ayudaba a los criados de la mansión. El grito que di alertó a mis familiares, que se acercaron a ver qué ocurría. Creyeron que algo me había hecho ese mozo y por tanto fue castigado duramente; quise decirles que se equivocaban, pero sólo pude abrir la boca y soltar bocanadas de aire mientras copiosas lágrimas recorrían mi rostro. Por supuesto, cuando heredé esta casa recompensé al joven Ot por el castigo que recibió por mi culpa; aunque creo que nunca me culpó porque vio el horror en mi rostro e incluso él se sintió espantado. Madre me acompañó al cuarto del viejo tío y esperó en el umbral mientras yo me acercaba, como impulsado por una fuerza mayor. Entonces creía que era la caja, ahora sé que eran ellos, de los que me habló el viejo tío al presentarme la caja, los que hoy arrasan nuestro hogar buscando la caja. «Acércate, hijo», me dijo Gert desde su lecho, aunque estaba ya muy cerca; lo hice, no por mí, sino por ese impulso superior. Agarró mi mano y me miró o lo que se asemejaba a una mirada dentro de esa vista perdida en algún punto del pasado. En mi mano dejó un trozo de pergamino mientras murmuraba: «Ahí vas a encontrarla, búscala, cuídala, no dejes que la tengan». Me quedé quieto y en silencio, como así hizo él. No sabía si madre seguía ahí o no porque no me atrevía a mirar atrás; temía que no fuera ella quien estuviera acechando en el umbral. Mis temores se vieron alimentados cuando, en un ataque de locura, gritó el viejo «¡Los recolectores! ¡Los recolectores!», señalando a un rincón del cuarto que se hallaba iluminado por la débil luz del alba que entraba por los ventanales. Su otra mano se había convertido en una garra que aferraba la mía con una fuerza que no podía tener alguien en su condición. Golpeé su mano para intentar separarme y fui incapaz, como incapaz fue madre, que vino a rescatarme. Nuestros gritos de auxilio hicieron que algunos trabajadores de la finca vinieran a ayudar; fueron necesarios cuatro hombres fuertes para hacer que el viejo Gert me soltara. Mi mano estaba dolorida y agarrotada, no me sentía capaz de abrirla. El curandero, que fue avisado para dar una pócima para hacer dormir al viejo tío, la observó con atención, mas no vio en ella nada fuera de lo común así pues consideró que simplemente estaba así por la impresión. Tomé una pócima relajante y me fui al jardín a tomar el aire. Al salir a la luz del día fui capaz de abrir la mano, ahí estaba el pergamino arrugado. No entendí los glifos que allí estaban escritos pero los reconocí, eran los mismos que habían en la caja; aquí no había una voz que me hablara directamente descifrándome el significado de este texto, así que ahí me quedé, hasta que el sol estuvo alto en el cielo y madre vino a buscarme para decirme que el viejo tío había muerto. Ese día pensé que me había equivocado y que no volvería a ver la caja; durante años ese alivio evitó que pensara en ella, hasta que empecé a soñar con la oscuridad. «Acércate, hijo», me dijo Gert desde su lecho, aunque estaba ya muy cerca. No, no era Gert, recordaba esa escena de haberla vivido pero había algo diferente; no me acerqué. «Acércate, hijo», insistió ese ser que fingía ser mi viejo tío; seguí sin acercarme. «¡Ven!», la orden fue superior a mí o a cualquier elemento lógico, porque aparecí a su lado y mi manita infantil volvió a ser presa de una férrea mano, pero ya no escondía su aspecto y se trataba de oscuridad pura; cuando levanté el rostro, lo que vi era un rostro informe hecho de tinieblas, como si hubiera una oscuridad más sombría que otra que le daba algo de semejanza a un rostro humano pero sin ser capaz de imitarlo. Desperté empapado en sudor, me había orinado encima y no fui capaz de volver a dormir esa noche. No sería el último sueño que tuve, y cada vez eran más frecuentes, empezando como una escena cotidiana de mi vida que era depravada por esa oscuridad que me llamaba y me exigía buscarla. Naturalmente acabé obsesionándome por descifrar ese mensaje que me dejó el viejo tío, de otro modo acabaría enloqueciendo por los sueños. En esos años madre me impuso un tutor para aprender diplomacia, quería que me uniera a la corte real para que hiciera alianzas con los nobles del reino, cosa que nunca llegué a hacer. Mi tutor decía ser un mago aunque no dio muestras de ninguna clase de poder; en otras circunstancias habría hablado con madre para que echara a patadas a ese impostor de nuestra finca, sin embargo después de todo lo vivido estaba mucho más abierto a creer. Hice bien, porque cuando ya tuve la confianza suficiente con mi tutor le mostré el mensaje, y aunque le costó un poco traducirlo, pudo darme el último mensaje de mi tío: «Bajo los pies del primer gigante extranjero». Agradecí a mi tutor por el mensaje aunque no entendí de qué hablaba. Esa noche volví a soñar. «Esta caja guarda todo lo bueno del mundo, pero todos la quieren», fue lo que dijo el viejo tío antes de mostrarme la caja. Por supuesto recordaba la escena pero, esta vez, fue diferente, no fui capaz de alejarme ni de tropezar ni de llorar. Estaba solo con esa caja y mi tío, pero sabía que no era mi tío, que era oscuridad; «¡Encuentra al primer gigante extranjero, encuéntrame, guárdame!». Fui de inmediato a despertar a madre aunque fuera plena noche. Creí que ella iba a reñirme por hacer algo así pero vio mi expresión horrorizada, así que fue a buscar al curandero para que me administrara una pócima para dormir; luché por evitarlo, pero me fue imposible, madre había hecho venir a criados a que me sujetaran para que el curandero cumpliera su mandado. Dormí y soñé, dormí y pasé todo ese tiempo con la oscuridad que me rodeaba y me torturaba. Desperté y esperé a estar tranquilo, o lo que más podía asemejarse a la tranquilidad, para hablar con madre. Me disculpé por mi comportamiento y le dije que había tenido una pesadilla. Ella parecía estar al tanto de que mis pesadillas eran recurrentes, así que tuve que decirle el motivo; mentí o no mentí, porque le dije que me obsesionaban las últimas palabras del viejo tio Gert. Ella creyó que hablaba de su mención a unos recolectores, así que dejé que así lo hiciera, habló de algo de que en su juventud el viejo Gert había trabajado en cosechas antes de hacerse a la mar; sabía que no eran esos recolectores a los que hacía referencia, pero no importaba, madre siguió hablando, parecía llevar mucho tiempo queriendo hablar de su tío y no tenía con quién hacerlo; al parecer, sus hermanas no tenían el menor interés en el viejo que le había cedido la mansión y los terrenos de la finca a madre. No es que importe ahora, pero incluso entonces sabía que el motivo era que, aunque madre fuera la más joven, había tenido descendencia a diferencia de ellas. Pero volvamos a lo que importa, a las historias que me contó madre. Empezó a contarme los viajes de su tío como marino, de cómo pasó de ser un grumete a ser un mercader con su propia flota, y de cómo empezó a importar objetos del extranjero, entre ellos árboles de Ma. No sabía de la existencia de dichos árboles, así que quise que madre me los enseñara. Tuvimos que recorrer un buen trozo de la finca para hallar un bosquecillo al sudeste de la casa en el que estaban esos árboles; ébano de Ma. Ahí estaba la caja, aunque estaba claro que madre desconocía cuál fue el primero de esos árboles en ser plantado. Pasé varias noches cavando aquí y allá, sin hallar nada; al menos los sueños se fueron. Lo peor empezó cuando quedaban pocos árboles en los que buscar, pues empecé a verme acosado por sombras y bultos que me observaban en la lejanía y que a veces desaparecían ante mis ojos; empezaba a preguntarme si no estaba sufriendo yo también las fiebres de oriente. Al séptimo día hallé la caja. No, al séptimo día la caja me halló a mí, esa era la forma correcta de decirlo, porque cuando estuve cerca me llamó y me guió hasta ella. Verla otra vez fue extraño, porque no sentí horror, sentí un profundo alivio. Sentí paz, una paz que duró poco cuando vi como unos sombríos sabuesos se acercaban trotando o tal vez flotando, era difícil asegurarlo en la penumbra de la noche. Escuché sus gruñidos y gañidos, hasta que me abracé a la caja y entonces pararon quietos. Poco a poco se fueron desvaneciendo y mi vista se fue acostumbrando a la noche, al punto de que a lo lejos pude ver una figura humana que me observaba; dicha figura simplemente se dio la vuelta y se marchó. Ahora mis noches eran tranquilas, me sentía protegido teniendo la caja en mi poder; pero mis días… ¡ah, mis días! ¿Cómo podía mi viejo tío haber vivido así tanto tiempo? En cada rincón de mi hogar me sentía observado; cuando me dirigía a la ciudad, cada desconocido que me miraba parecía querer arrebatarme la caja; cuando hablaba con alguien escuchaba una especie de eco, como una segunda voz por debajo de la de mi interlocutor que me exigía que devolviera la caja. Eso fue así hasta que me enamoré; la conocí en uno de mis viajes comerciales al extranjero. Empecé a hacerlos con unos dieciséis o diecisiete, porque madre ya no tenía buena salud para hacerlos y no confiaba en nadie más, y fue esto lo que evitó que acabara en la corte real; muchas veces me he preguntado si eso fue una bendición o una maldición. Entonces llevaría yo algo más de un año desde que empecé a hacer estos viajes. Aun habiendo hecho varios en el país y unos pocos en el extranjero (incluso ya había hecho uno a Ma), seguía con esa sensación desagradable en la que no me sentía capaz de confiar en nada ni en nadie. «Todos la quieren» fueron las palabras del tío Gert y al fin era capaz de comprenderle. Ella era diferente, su presencia me causó paz, una paz que sólo he sentido con aquella caja que guardaba con tesón; era una joven lavandera de aspecto sucio y cuya belleza era propia de la villanía que estaba más preocupada en la supervivencia que en la estética. Aún así, me cautivó y quise conocerla. No tardó en venir a vivir a mi hogar y que nos prometiéramos. Me preguntó si acaso no pensaba entregarle una dote, y le dije que no era necesario, que todo lo mío sería suyo en cuanto estuviéramos desposados, porque era la luz de mi vida. En algo menos de un año nos desposamos y esa primera noche ella volvió a recordarme mis palabras: «Todo lo tuyo es mío ahora, ¿no es así?» fueron sus palabras antes de sujetar suavemente mi rostro. «Así es, luz de mi vida» respondí yo. «Entonces entrégame la caja». Me quedé sin habla, nadie debía conocer la existencia de la caja, nadie mortal al menos. «Hiciste una promesa, ahora debes cumplirla» exigió mi amada esposa, pero aunque me asustó su actitud y su conocimiento de la caja, no hizo ademán de retenerme cuando salí del cuarto. El pasillo parecía más iluminado de lo que debería para esas horas y, cuanto más me alejaba de allí, más brillante parecían ser las luces; me desorientaban y olvidaba dónde estaba yendo; al llegar a la escalinata, caí rodando por ellas. A sus pies me esperaba mi amada esposa. «¿Por qué rehuyes de tu amada esposa? ¿Por qué no pagas la dote que prometiste a la luz de tu vida?». Yo sólo me cubría de esa luz que quería adentrarse en mi ser y robarme la localización de la caja que protegía. «Mírame» me dijo, «mírame» repitió y esta vez la miré; no me sentía atacado por la luz, a decir verdad estaba incluso ligeramente oscuro y eso me agradaba. Ella me miraba serena, pero noté que estaba furiosa, las últimas palabras que me dirigió así lo dejaron claro: «Si quieres alejarte de la luz de tu vida, yo haré que te alejes para siempre». Lo último que vería es como el que había sido el amor de mi vida empezaba a titilar y se convertía en una silueta brillante, mucho más brillante de lo que nunca hubiera visto, luz pura que, aun con los ojos cerrados, seguía viendo. Grité para que parara, grité y grité hasta que los criados vinieron a socorrerme. Mi esposa ya no estaba; tampoco mi vista. De todo esto ha pasado toda una vida, no volví a ver a los que venían tras la caja pero siempre supe que seguían ahí, vigilando, esperando que volviera a acercarme a ella. Jamás lo hice, la tenía a buen recaudo y mucho mejor resguardada de lo que la dejara el viejo Gert. Pero ya soy viejo y ellos lo saben, por eso te la lego a ti, pronto de esta casa no quedarán ni los cimientos, pero para entonces Ot ya te habrá llevado a ti y a tus padres lejos. Allí donde os lleve tendrás las directrices para saber el lugar donde oculto la caja, conócela y luego escóndela en otro lugar más seguro aún. Y cuando conozcas una moza que hinche tu pecho... ¡Mátala! No te dejes engañar como hice yo, no pagues con tu vista los errores de amar la luz. ¡Ahora márchate!, pero antes apaga esa luz, no puedo verla pero la noto, y quiero estar en paz en la oscuridad, porque ya acechan los recolectores.