Bueno, recordando los viejos post del viejo foro, me acordé de este. Me acuerdo cuando antes (los viejos del foro antiguo), dedicábamos algunas cosas a la gente de aquí, a todos nosotros, ya sea música, imágenes, fotos, cosas escritas, etc. Y bueno, me gustaría retomar el hilo, si me lo permiten.
Y empezaré dedicando una canción a un viejo amigo mío, que no sé si estará vivo por aquí pero que me dejó huello el muy cabrito. Se la dedico a Knouls, un viejo lobo.
¿Creéis que en una trilogía está permitido usar este tipo de referencias, o es simplemente para una novela autoconclusiva?
Estaba pensando poner un epílogo a la primera parte, destacando algo importante que se quedó en el tintero.
¿Vosotros qué opináis?
Por supuesto que hay una versión en inglés circulando por la red. Yo lo he leído todo, y la verdad, es que me está gustado como nos van a mostrar esta temporada. En especial la parte del norte y la parte de desembarco del rey. Siempre he dicho que es que me encanta autoespoilearme, y el motivo es que de esa manera veo de manera más sencilla y rápida como se arman las historias.
Bueno, en este caso creo que casi todo ha quedado bastante bien. Salvo la parte de Danny, Arya y Jaime, que parecen medio forzadas. Por otro lado lo que ya mencioné (el norte y desembarco del rey) parece que es sacado de Vientos de invierno, porque todo encaja muy bien, típico de martín.
Y bueno, eso es todo.
Que el que quiera leer lo haga bajo su propio riesgo, y ya hablaremos por aquí. Pero eso sí. Todo lo que siga en este hilo será SPOILER.
Saludos!
PD. No se que tan cien por ciento de certeza tenga esto, pero yo creo que es posible que lo que dice en el enlace sea lo que va a suceder.
Como este es uno de los lugares en cuyos usuarios más confío, quiero preguntarles si conocen esta saga. En español ya hay dos títulos publicados, y como ya no confío en Goodreads, y la manera en la que me vine a enterar fue por medio de un compañero que lee lecturas de fantasía épica algo suaves, estoy dudando. El punto es que he descargado los libros (la crisis y Alemania son el motivo) y he leído de refilón un par de páginas de cada uno, y bueno, pues está bien escrito. Me recuerda a la agilidad de Martin en sus tres primeros libros de canción.
Ayer informándome sobre las Casas-Torre y demás fortificaciones que ocuparon la zona del País Vasco en la Edad media para una futuro novela histórica, topé con esta página que no se si alguno de vosotros ya conocíais. Parece bastante interesante y os animo a que le echéis un vistazo.
Pues eso, en mi caso fue banneado de un viejo foro de WOW-España, por "abrir demasiados hilos y muy poco interesantes", aparte de eso un par de suspenciones por uno o dos dias.
Aquí os dejo el nuevo Capítulo de Relatos de Mondabar, ¡espero que os guste!
Saludos!!
RELATOS DE MONDABAR- CAPÍTULO 6
6.—Las calles de Lhaimar
Halan y Owain avanzaron por la calle central de la ciudad. Era una ancha avenida empedrada que la dividía en dos partes, atravesándola desde el puerto hasta el final de la ciudad, donde acababa abruptamente en un camino que se perdía en el bosque. A ambos lados de la calle, se levantaban casas construidas con madera, barro y piedra. Frente a ellas había dispuestos cientos de puestos y tenderetes, en los que se exponían todo tipo de mercancías. Había telas de texturas que Halan no había sentido jamás. Según andaban entre los puestos, el joven alargaba la mano para acariciarlas sorprendido por el extraño tacto. Les llegaban olores de exóticos alimentos especiados, que abrían su apetito. Vio animales de formas y colores imposibles y artefactos que hacían toda suerte de cosas. A su paso se cruzaban vendedores que no dejaban de cantar las virtudes de sus mercancías, ofreciéndoles descuentos y promesas sobre su calidad.
A pesar de ser un extraño en la ciudad, se sentía extrañamente confortable en ese lugar. Había gente tan diversa y de lugares tan distintos, que se sentía uno más. No había diferencia aparente entre él y cualquier otro de los cientos de foráneos que caminaban entre el gentío. El sol de la mañana se había abierto paso entre las nubes y comenzaba a caldear el ambiente.
—¿Quién era el hombre del puerto? —peguntó Halan mientras sorteaban a la gente que se iba deteniendo delante de los tenderetes.
—Degar —contestó Owain con una sonrisa—. Es un viejo amigo. Trabajamos juntos en muchas ocasiones. Incluso luchamos en bastantes batallas codo con codo.
Halan miró a Owain, sintiendo de nuevo esa sensación extraña de no saber muy bien ante quién se encontraba. Degar era un hombre fuerte y desde luego tenía aspecto de guerrero, pero a Halan no se le escapaba que era casi un anciano. Las batallas a las que se refería Owain deberían haber sucedido hacía bastante tiempo. Pero de ser así, su compañero de viaje habría sido un chiquillo. Una nube de preocupación cruzó su mente de nuevo. ¿Quién era ese hombre y por qué le ayudaba? Halan decidió que tarde o temprano debería averiguar su naturaleza, si iba a seguir viajando con él.
—Es un amigo leal —seguía diciendo Owain—. Se instaló en Lhaimar hace ya muchos años en busca de una vida más pacífica. Con su experiencia en el mundo militar y su carisma, no fue difícil que le nombraran alguacil. Es una persona en la que se puede confiar, y con la que no muchas desearían discutir.
Halan asintió en silencio. Decidió que ya indagaría sobre los secretos de Owain mas adelante. Ahora debía centrarse en su misión, aunque no bajaría la guardia.
—¿Dónde crees que podremos encontrar a La Sirena de Sangre?
—En esta zona no —contestó Owain haciendo un gesto con su mano para señalar a su alrededor —. Aquí no hay más que baratijas y objetos sin valor real. Sólo chucherías y lujos para ojos no expertos. En Lahimar hay que saber encontrar los lugares donde puedes hallar lo verdaderamente valioso. La Sirena de Sangre lo sabe y allí es donde debemos buscarla.
Siguieron avanzando por la avenida central, hasta que llegaron a un lugar donde la calle se ensanchaba, formando una pequeña plaza, alrededor de una estatua, deteriorada por el tiempo, que mostraba a un dragón enroscado alrededor de una montaña mirando hacia el suelo con expresión voraz. Varias posadas y tabernas se levantaban a su alrededor, contribuyendo a la algarabía del mercado, que tenía en esa plazoleta uno de sus puntos álgidos. Cada vez era más complicado andar, por la acumulación de personas. Halan comenzaba a sentirse incómodo. Nunca había visto tanta gente junta. Apenas había salido de Ébure en toda su vida, salvo esporádicos viajes con su padre a lugares y ciudades cercanas.
Desde la plaza, pudo divisar la alta silueta de un edificio, recortada por la luz del Sol. Elevándose sobre las casas, se levantaba una alta torre de aspecto tosco, pero resistente. Era una mole de piedra gris, que no parecía encajar con el resto de la ciudad. Tenía un gran ventanal en la parte más alta, del que pendía una larga bandera verde rectangular, en la que podía verse un dragón en posición similar al de la estatua de la plaza dibujado en colores grises y rojizos.
—¿Qué es ese lugar? —preguntó Halan.
Owain siguió su mirada y entrecerró los ojos para protegerlos del Sol. Recordaba perfectamente ese lugar. Había pasado mucho tiempo en él, pero tampoco tenía sentido hablar de eso ahora.
—La fortaleza de Kael. Es quién gobierna ahora las islas de Lhaimar desde hace un tiempo —contestó Owain en un tono neutro.
—¿Le conoces? Degar mencionó su nombre.
Owain asintió.
—Sí. También fue compañero nuestro, aunque es mucho más joven que Degar. Es un gran guerrero y tiene ciertos conocimientos mágicos. No me extraña que haya llegado tan lejos.
—Quizá pueda ayudarnos —sugirió Halan —. Puede que sepa dónde encontrar a la Sirena de Sangre, o al menos dejarnos un barco para buscarla.
—No lo creo. No le gusta hacer tratos con nada que tenga que ver con los piratas, aunque no en pocas ocasiones se ve obligado a hacerlos. Es mejor que no nos vea y sigamos nuestro camino.
Owain echó a andar sin decir nada más y sin darle tiempo a responder. Halan lanzó un vistazo mas a la torre y se apresuró en seguir a su compañero, que se alejaba a grandes zancadas, mientras se echaba la capucha sobre la cabeza, a pesar de que el día cada vez era más caluroso. Salieron de la plaza por un lateral y caminaron a gran velocidad por estrechas callejuelas, que se cruzaban unas con otras como un laberinto. Las casas parecían más toscas y deterioradas en esa zona. Las paredes grisáceas tenían ventanas cuadradas sin cristales ni postigos, simples aberturas en los muros, y Halan podía atisbar de cuando en cuando, rostros anónimos que le lanzaban curiosas miradas desde dentro de las casas. Se cruzaron con una turba de niños que corrían, persiguiéndose unos a otros, mientras un anciano les llamaba a gritos. Bajaron por una escalinata de piedra y llegaron a lo que parecía ser la parte baja de la ciudad.
Era un barrio muy distinto a lo que habían vivido en el atestado puerto. Había gente y puestos como en el centro de la ciudad, pero la cantidad de gente era mucho menor. No se escuchaba el griterío de los vendedores y los clientes caminaban tranquilamente de un puesto a otro. Era como un oasis de tranquilidad, aislado del barullo de la zona central.
Halan se fijó también en que el tipo de personas que pululaban por esa zona era diferente a la anterior. También había diversidad de razas y de gentes, pero su aspecto era especial. No eran ciudadanos comunes, sino que parecían mercenarios y guerreros. Gente habituada a la aventura y a la acción.
—Allí —susurró Owain señalando una alta figura encapuchada y posando una mano en el pecho de Halan para que se detuviera.
Caminaba con elegancia y tranquilidad entre los puestos. De vez en cuando se detenía frente a uno de ellos y tomaba algún objeto con su enguantada mano, lo examinaba brevemente y volvía a dejarlo. Era alta y los aleteos de su capa, oscura y con reflejos carmesíes, dejaban atisbos de una figura esbelta. Sus movimientos eran fluidos y ágiles. Desde donde estaban no podían ver su rostro, oculto por una ancha capucha, pero Owain estaba seguro de que era ella. De su cadera pendía una espada curva, que de vez en cuando repiqueteaba cuando se giraba.
—Sigámosla a cierta distancia, de momento —sugirió Owain.
—¿Por qué? ¿No sería mejor que hablásemos con ella directamente? —preguntó Halan —Dijiste que erais amigos, ¿por qué tanta cautela?
—Hazme caso, es mejor así —se limitó a responder.
Siguieron a la mujer encapuchada durante un buen rato, mientras ella iba de un lugar a otro. Parecía buscar algo concreto entre las mercancías que se exhibían. Se acercaba a los tenderetes y observaba en silencio durante unos instantes, tomando diferentes objetos, hasta que se volvía y seguía su camino. Tras recorrer varios puestos más, giró a su derecha y se introdujo en un callejón. Owain y Halan se apresuraron a seguirla, manteniendo la distancia, pero cuidando de no perderla de vista. La observaron discretamente desde detrás de las telas de un tenderete.
La mujer se detuvo ante una puerta de madera desvencijada y tras mirar a un lado y a otro, la golpeó con los nudillos suavemente. Pasaron unos instantes hasta que se abrió ligeramente. Un hombre de aspecto rudo y sucio, asomó la cabeza y la miró de arriba abajo. Ella esperó pacientemente hasta que él se hizo a un lado y le franqueó el paso. La puerta se cerró tras ella de golpe.
—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Halan preocupado.
—Esperaremos —contestó Owain sin quitar los ojos de la puerta, mientras se adentraban en el callejón —. No creo que tarde en salir.
El enano escuchó como varias flechas impactaron en las paredes del carromato, mientras el griterío aumentaba de intensidad en el exterior. Varias exclamaciones de dolor le revelaron que algunas de las saetas habían dado en el blanco. Escuchó como a lo lejos alguien gritaba una orden y al instante, el sonido de muchas pisadas apresuradas le anunció una carga contra los soldados que le custodiaban. Las espadas se desenvainaron y empezaron a repiquetear. El carro se sacudió cuando alguien chocó contra él, aullando de dolor. De pronto, escuchó el relincho asustado de los caballos que tiraban del vehículo. Las ruedas chasquearon cuando el vehículo comenzó a avanzar de improviso, lanzando al enano al suelo con violencia.
—¡Maldita sea! —se quejó, mientras trataba de incorporarse.
El carro saltaba y bamboleaba de un lado a otro, lanzándole contra las paredes de forma descontrolada. Los sonidos de batalla quedaron lejos rápidamente. Tras unos interminables instantes, notó como los caballos tomaban una curva cerrada y escuchó un fuerte crujido. El carro volcó y se derrumbó con un fuerte estrépito, haciéndole caer de bruces contra el suelo, que ahora era una de las paredes. El armazón se deslizó por el suelo, hasta que chocó con algo con gran estrépito y se quedó inmóvil. El enano gimió y trató de moverse, pero las cadenas se habían enredado a su alrededor y le habían dejado en una posición en la que casi no tenía capacidad de maniobra.
—Por los dioses…—murmuró, mientras dejaba caer la cabeza dolorido.
A su alrededor se había hecho el silencio. Los caballos que tiraban del carro habían huido, y la batalla había quedado lejos. Durante un largo rato, lo único que escuchó fue el cantar de los pájaros en las copas de los árboles que suponía había alrededor del carromato. Poco a poco, un canto se fue distinguiendo cada vez más cercano, hasta que de nuevo, escuchó el familiar aleteo junto al ventanuco. El enano suspiró aliviado.
Unos pasos ligeros y apresurados se acercaron con rapidez. Notó como alguien se encaramaba al carro y comenzaba a trastear en la puerta, que al parecer quedaba justo en lo que ahora era el techo. La hoja de metal se abrió y chocó contra la pared con gran estrepito. Alguien se deslizó al interior, y aterrizó a su lado con suavidad. Unas hábiles manos le liberaron de las cadenas, forzando las cerraduras y le ayudaron a incorporarse. El enano se retiró la venda y parpadeó para habituarse a la claridad que se filtraba por la puerta abierta.
—¡Ya era hora! —protestó —¡Y ya podríais tener cuidado, casi me mato aplastado en este carro!
—Un error de cálculo. Una flecha alcanzó a uno de los caballos y les hizo huir —dijo una voz femenina frente a él.
El enano por fin fijó la vista. Frente a él había una joven vestida con una ligera armadura de cuero y una capucha del mismo material. Tenía la mitad del rostro cubierto por un pañuelo, que sólo dejaba a la vista sus ojos negros. Unos largos rizos oscuros se escapaban de la capucha y caían por sus hombros.
—¿Dónde estamos? —preguntó él —Hace días que me han llevado de un lado a otro como un saco de verduras, con los ojos vendados.
—En Lhaimar —respondió la joven —. Lo cierto es que no ha sido fácil encontrarte.
—Me alegro de que lo hayáis hecho —agradeció él.
Ella asintió brevemente, después le miró con intensidad.
—Tenemos problemas —dijo con gravedad —. Esto no ha sido una casualidad. Las noticias que hemos recibido son preocupantes.
El enano agitó la cabeza con pesar.
—De acuerdo. Pero salgamos de aquí primero.
La joven movió la cabeza afirmativamente.
—Volvamos con los demás. Tenemos un barco esperando. Lo mejor será salir de Lhaimar cuanto antes —dijo mientras se agarraba al borde de la puerta abierta para salir.
*******Si quieres leer los capítulos anteriores, puedes hacerlo aquí: Relatos de Mondabar *******
Chicos , estas semanas estoy muy movido respecto a la literatura y queria saber sobre la literatura de Patrick Rothfuss , steven erickson . Y referéncias cortas sobre sus creaciones , así como una pequeña explicación sobre sus libros y como parten sus sagas .................... si hay algún otro autor mas por favor diganlo y hagan lo mismo de detallar etc ...................................................... excluyan a J.R Martin y a tolkien , por cierto lean las de jean ray- Harry dickson
Quote:“Una idea no tiene valor sin personajes creíbles para implementarla; una trama sin personajes es como una cancha de tenis sin jugadores. El Pato Lucas es a la historia de Buck Rogers lo que Jonh McEnroe era para el tenis. Personalidad. Ese es el tono, el tambor y el flautín. Olvídate de la trama.”
Chuck Jones
Hace mucho, mucho tiempo, escribí una serie de posts sobre cómo evitar una Mary Sue en el ahora difunto Fantasía Épica (paz a sus restos). En vista de que el foro no da señales de vida, pensé que sería buena idea hacer un hilo similar aquí. En un principio, pensé que lo mejor sería copiar y pegar la guía entera, que todavía está en mi blog, pegarla y listo. No obstante, Google penaliza el contenido duplicado. Por lo tanto, voy a hacer otra versión basada en lo mismo, pero diferente para que Google no condene mi blog al abismo.
Este es un post para aquellos desadaptados sociales que sufren creando personajes verosímiles porque en la vida real prefieren estar solos con un libro a acompañados. Es decir, para gente como yo.
Empecemos por lo básico:
¿Qué es una Mary Sue?
Según la Wikipedia:
Quote:Es un personaje ficticio en exceso idealizado y abiertamente identificable como el alter-ego del autor o del lector. Su principal característica es la de acaparar toda la atención de la historia y cambiar elementos importantes del argumento en su beneficio sin explicación alguna. Usualmente es un personaje sin defectos notables, cuyos aspectos positivos superan todo su rol en la historia y lo vuelve unidimensional. Generalmente es un o una joven o una persona de bajo rango, que soluciona una situación complicada mediante habilidades inverosímiles.
En cristiano, es un personaje que opaca a los demás por su perfección. Es buena en todo y todos la admiran (u odian; no puede haber un personaje al que no le importe ni medio huevo la Mary Sue en cuestión). Por lo general, se trata de una mujer, pero también puede ser hombre.
Como un personaje perfecto es harto chocante, se ha hecho común que los autores doten a sus Mary Sues de faltas con el propósito de hacerlas menos… marysuescas. No obstante, estas faltas tienden a limitarse a lo superficial y pueden incluso jugar a favor de la Mary Sue. ¿Alguien se acuerda de Bella Swan, de Crepúsculo? Su peor falta era su torpeza, lo cual le favorecía porque reforzaba su imagen de chica frágil y adorable. En realidad, Bella seguía siendo perfecta incluso con esa falta.
¿Por qué es tan malo tener a una Mary Sue?
Un personaje plano no siempre arruina una historia. No es necesario volcar todas nuestras energías creando un actor que solo va a aparecer por dos capítulos y su papel es llevar los caballos del rey; no nos importa conocer a alguien que tiene un rol menor e insignificante. Ahora bien, un protagonista plano, sí arruina una historia.
Por desgracia, las Mary Sues tienden a ser protagonistas y están en la cúspide de los personajes planos. Un personaje hábil y perfecto no se ve desafiado por los obstáculos del argumento ni se ve en la necesidad de cambiar a medida que avanza la historia. El lector encontrará difícil empatizar con él. Si el lector no conecta, lo hemos perdido para siempre.
¿Cómo evitar una Mary Sue?
Si ya creaste un personaje y sospechas que es plano, no caigas en la tentación de dotarlo de características deseables, como belleza e inteligencia, con la esperanza de agradar al lector. Ya hemos visto esa táctica y no funcionará. Si eres la clase de escritor que sufre creando personajes verosímiles, tendrás que aceptar que esa es tu debilidad y empezar con los cimientos.
Cómo crear un personaje redondo
Jeff Gerke, autor de The First 50 Pages y Plot vs. Character, propone que los personajes son como cebollas: tienen capas. Entre más capas tenga un personaje, más matices podrá apreciar el lector y más profundo le parecerá.
Aquí me parece apropiado reiterar que NO es necesario que todos los personajes sean redondos. Solo han de serlo aquellos que sean relevantes para la trama. Una buena regla general a seguir es: entre más importante el personaje, más desarrollo debe tener. Esta serie de posts se enfocará en el desarrollo de los protagonistas.
Como mínimo, un protagonista creíble debe tener una personalidad (su núcleo) y una historia (que no necesariamente tiene que ser traumática, dejen de matar familias). Dependiendo de estos factores, el personaje interactuará con el exterior de distintas formas, cambiando su apariencia como reflejo de su personalidad, desarrollando conceptos del bien y el mal, etc.
Mañana hablaremos sobre la primera capa: la personalidad núcleo.